La red de autopistas europeas es un pilar fundamental de la conectividad, la accesibilidad y la movilidad dentro de la Unión Europea. Como componente vital del mercado interior de la UE, sustenta el crecimiento económico, facilita el comercio y promueve la cohesión social, territorial y económica entre regiones. Más allá de conectar ciudades y países, la red de autopistas desempeña un papel clave en la reducción de las disparidades económicas al liberar el potencial de las zonas menos desarrolladas y remotas, fomentando la inclusión y la igualdad de oportunidades
Sin embargo, el sector del transporte por carretera se enfrenta a un momento crucial. Si bien su infraestructura sigue siendo esencial para permitir la actividad económica y sustentar la vida cotidiana, también es uno de los mayores contribuyentes a las emisiones de gases de efecto invernadero. La urgencia de descarbonizar el transporte por carretera nunca ha sido mayor. Hacer frente a este reto requiere un esfuerzo unificado y coordinado a nivel europeo y nacional para modernizar las infraestructuras viarias y acelerar la transición hacia sistemas de transporte sostenibles, resilientes y eficientes