El papel de la energía nuclear en el marco de la transición energética

Generando debate en el sector energético

El papel de la energía nuclear en el marco de la transición energética

La energía nuclear desempeña un papel fundamental para alcanzar los objetivos de la política energética a nivel nacional y comunitario, pues es la energía libre de emisiones que más firmeza y estabilidad garantiza al suministro del sistema eléctrico. La nuclear es una energía base, genera electricidad durante prácticamente todas las horas del año con gran fiabilidad, ayudando a garantizar la cobertura de la demanda en todo momento y dotando al sistema de un margen de reserva adecuado. En los últimos años, las plantas nucleares han cubierto alrededor de un 20% de la producción eléctrica nacional de manera anual y han conseguido evitar en torno a 20 millones de toneladas de CO2.

La hoja de ruta nacional viene establecida por los objetivos recogidos en el actual Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) 2021-2030 y su borrador 2023-2030, aprobado por el Gobierno, en el que se contempla una transformación del modelo energético y donde se recoge el calendario de cierre de las centrales. Esta planificación se plasmó en el Protocolo entre Enresa y los propietarios de las centrales nucleares españolas, con base en el horizonte temporal 2025-2035. Dicho Protocolo estableció el compromiso de no incrementar más la alta fiscalidad que ya soportan las centrales nucleares para no inviabilizarlas económicamente.

No obstante, la publicación a finales de 2023 del 7º Plan General de Residuos Radiactivos (PGRR) contempla un incremento de costes que llevaría a una subida de un 40% de la llamada tasa Enresa, por medio de la cual los propietarios de las centrales nucleares costean la gestión de residuos y el desmantelamiento del parque nuclear. El parque nuclear en nuestro país se enfrenta ya a un problema “artificial” de viabilidad económica por su elevada fiscalidad. Esta decisión añadiría más presión fiscal a la ya soportada por las centrales, pues el total de impuestos y tasas ascienden ya a los 25 €/MWh, que equivalen a entre un 35% y un 40% de la facturación anual de las centrales y que, con el aumento de la tasa, supondría hasta un 50% en los próximos años.

El parque nuclear en nuestro país se enfrenta a un problema “artificial” de viabilidad económica por su elevada fiscalidad. El “principio de realidad” implicaría la reapertura del debate sobre la idoneidad del calendario de cierre actual del parque nuclear, teniendo en cuenta el riesgo de incumplimiento de determinados objetivos del PNIEC que son claves para garantizar el suministro y los compromisos ambientales. Pero sin ir más allá, limitándonos al escenario presente marcado por el calendario de cierre firmado entre Enresa y las empresas propietarias de las centrales nucleares, la necesidad de asegurar la viabilidad económica del parque nuclear en un contexto de elevada y creciente carga de tasas e impuestos forma parte fundamental de esa reflexión.

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