La producción química debe adoptar prácticas más sostenibles para alcanzar las cero emisiones netas, ya que es uno de los principales emisores de CO2. Se espera que el sector químico emita 19.6 gigatoneladas de CO2 entre 2020 y 2050. La clave es enfocarse en reducir las emisiones de siete químicos básicos y reemplazar combustibles fósiles por energías renovables, lo cual puede ser económicamente beneficioso.