Net Zero Economy Index 2022

El nivel de descarbonización mundial, el más bajo de la última década.

En 2021 nos alejamos aún más del objetivo de limitar el calentamiento global a 1,5°C. Con solo un 0,5% de reducción, la tasa mundial de descarbonización en 2021 -la rebaja de la intensidad del carbono que mide las emisiones de CO₂ por unidad del  PIB- se ha situado en su nivel más bajo en más de diez años. Si bien es cierto a esta circunstancia ha contribuido el repunte de la actividad económica tras la pandemia, parece claro que la recuperación económica no ha sido, al menos de momento, verde.

La tasa de descarbonización anual deberá ser del 15,2%

Para volver a la senda correcta se necesita una acción colectiva y conseguir que la tasa media de descarbonización sea del 15,2% al año, frente al 12,9% del análisis del año pasado. El ritmo de reducción es 11 veces mayor  que la media mundial alcanzada en las dos últimas décadas y supera con creces lo conseguido por cualquier país hasta la fecha.

Un entorno geopolítico y económico frágil

El contexto geopolítico y económico actual supone un riesgo real para cualquier progreso en materia de descarbonización. El plazo fijado por el IPCC para reducir, en 2030, las emisiones de CO₂ en un 43% está cada vez más cerca y nuestro análisis muestra que los países deberán hacer esfuerzos adicionales para cumplir con esta cifra. Si se tiene en cuenta la intensidad de carbono a nivel mundial, necesitamos que esta se reduzca un 77% hasta 2030.

Llegar a las cero emisiones netas se hará por distintos caminos

Cada país y cada sector tendrá su propia ruta para alcanzar la meta de cero emisiones netas. Las empresas, los gobiernos y los inversores tendrán que centrarse en aquellas medidas que les permita avanzar con mayor rapidez de cara al 2030 y, al mismo tiempo, tendrán poner en marcha las iniciativas, más largo plazo, que nos permitan alcanzar el resto de objetivos planteados. Además, tendrán que adaptarse a los impactos del cambio climático que ya se están experimentando y a los que son cada vez más probables a corto plazo.

Las empresas y los inversores tienen un papel protagonista

Las empresas siguen impulsando la agenda climática impulsadas por los cambios regulatorios y de los hábitos de consumo, y por el mayor reconocimiento por parte de los inversores de la importancia de una transición hacia una economía baja en emisiones de carbono.

Las campañas internacionales, como los 2030 Breakthroughs y los Glasgow Breakthroughs, han animado a los líderes a fijar objetivos para acelerar la innovación y el despliegue de tecnologías limpias en los sectores de la energía, el transporte por carretera, el acero, el hidrógeno y la agricultura, así como en otros aspectos concretos de la economía real.

Además, la Glasgow Financial Alliance for Net Zero (GFANZ), creada junto con la campaña Race to Zero, respaldada por la ONU, cuenta con más de 450 empresas miembros de todo el sector financiero mundial, que representan más de 130 billones de dólares en activos gestionados y asesorados

as iniciativas entre los distintos sectores siguen incrementando la acción de las empresas y de los inversores: más de 3.000 empresas e instituciones financieras colaboran ya con la iniciativa Science Based Targets (SBTi) para reducir sus emisiones fijando objetivos de base científica.

Ahora más que nunca, es urgente la colaboración estratégica entre países y entre empresas e inversores a nivel mundial y nacional.